El intendente de la Ciudad de San Luis, Gastón Hissa, acompañó al gobernador Claudio Poggi en la entrega de 171 viviendas a familias que esperaron 14 años por sus hogares.

Esta fue la primera entrega de esta etapa, al culminar esta semana serán 800 las casas entregadas en el sur de la ciudad de San Luis, pertenecientes a los planes habitacionales “Progreso” y “Sueños”.

Los adjudicatarios realizaron su primer pago en diciembre de 2011, con cuotas de entre 350 y 500 pesos, pero la construcción se detuvo en 2016. El gobernador Poggi retomó las obras el 13 de julio de 2024. Los 171 beneficiarios forman parte de un total de 1.500 familias cuyos planes quedaron inconclusos desde 2016.

Cada vivienda tiene aproximadamente 52 metros cuadrados en terrenos de 300 metros cuadrados. Incluyen dos dormitorios, un baño y un espacio integrado de cocina-comedor. Las casas cuentan con agua potable, red cloacal, energía eléctrica y, en algunos casos, gas natural. El diseño permite futuras ampliaciones laterales y en el fondo del lote.

Los adjudicatarios recibieron carpetas con el contrato de adjudicación, el decreto correspondiente, información sobre el barrio y la nueva línea de Transpuntano.

* Acto emotivo
La emotividad, la ansiedad y la alegría que se vivió este viernes en la zona sur de la capital no se puede medir ni comparar con la que se sintió las tres jornadas anteriores. Fue igual de inmensa; igual de superadora. Desde las 19:00, ante 220 adjudicatarios y miles de amigos y familiares, el gobernador Claudio Poggi encabezó la cuarta y última entrega de viviendas de los planes ‘Progreso’ y ‘Sueños’ en la ciudad de San Luis, un acto de reivindicación que tardó años. En los cuellos de los nuevos propietarios, de sus hijos, sus compañeros de vida o sus padres, el Primer Mandatario colgó un simple trozo de metal que abre algo mucho más significativo: una vida nueva, en un hogar propio.

La carpa armada en el extremo sur de la Avenida Lafinur se vio colmada de niños jugando, de mascotas, de gente tomando mate, comiendo helado o churros, con caras de emoción, de nerviosismo, con carteles que expresaban agradecimiento al Gobernador por un sueño cumplido. Con el acto de hoy, la Provincia lleva 1305 viviendas entregadas.

Alejada unos metros de esa fiesta, Mabel Rovera, o Maby, como le dicen, esperaba junto a su esposo Facundo, resguardando del ruido a su hijo Enzo, que tiene 8 años y padece trastorno de déficit de atención e hiperactividad. “Teníamos la esperanza y hoy en día lo estamos viviendo, después de casi 15 años esperando es un momento bonito y gracias al Gobernador que cumplió con la palabra, porque él lo dijo, así felices”, mencionó Facundo. Minutos después, Enzo fue el primero de los 220 nuevos vecinos en recibir la llave de manos del Primer Mandatario. Y la emoción los desbordó a los tres.

Tras saludar al auditorio, Poggi abrió el acto al grito de “Llegó el día. Ahí están las casas de ustedes que están esperando. A mudarse hoy mismo. Felicitaciones”. Recordó con pesar el encontrarse, después de su primera gestión, con aquellos que habían quedado con su sueño trunco. “Hoy reciben la casa con toda la felicidad del mundo, perdón en nombre del Estado porque durante ocho años no les cumplió, y la verdad que compartimos la alegría de hoy porque es un día muy emotivo”, sostuvo.

Uno a uno, los integrantes del nuevo y populoso barrio pasaron al escenario para sellar su anhelo. Los primeros, coronados por papeles de colores.

El cielo, que en un momento se tornó amenazante, dejó asomar el sol para el atardecer. La gente que ya tenía su llave en mano partió con apuro hacia sus nuevos hogares, algunos lloraban, otros bailaban e incluso se arrojaban espuma en aerosol.

Nicolás Muñoz, su mamá, Alejandra Quevedo y su padrastro Claudio Navarro cantaron ‘Te queremos Poggi te queremos’ apenas entraron a su nueva casa, donde ya preparaban un asado de festejo. “Reunidos con toda la familia. Los dos, reunidos toda la familia y a cuidar la casa y prosperar acá”, dijo Claudio; “Son muchas emociones juntas, más de 14 años que estabamos esperando la casa. Cuando nos inscribimos mi hijo tenía diez años. Ahora va a cumplir 25 el domingo”, contó ella.

Como las historias en esta nota, hay otras 218 y con ellas, un mundo de ilusiones y agradecimiento.