Con Juglares de Vendimia, un canto a la naturaleza, Mendoza demostró al mundo su modo de celebrar y agradecer el vino nuevo. Con la hipnótica presentación de Lali Espósito, cerró una nueva edición de nuestro festejo, elogiado mundialmente.
La tercera noche de la Fiesta Nacional de la Vendimia, ovacionada por el público
Luego de tres noches consecutivas con un teatro griego colmado al máximo por mendocinos, mendocinas y turistas, nuestra provincia volvió a celebrar a su industria madre. Se sumaron distintos lenguajes artísticos para contar una historia, llena de vida, pasión y mucha esperanza.
Lali Espósito, una de las artistas argentinas más talentosas y virtuosa de su generación, hipnotizó con su presentación en Mendoza, a horas de generar historia llenando el Estadio de Vélez en Buenos Aires. Pero fue ahora la Vendimia quien la fascinó y ella regresó con un repertorio y coreografías que generaron euforia en todo el teatro griego. Sin dudas, su paso por el escenario del Teatro Griego Frank Romero Day será una noche inolvidable para las miles personas que se dieron cita para compartir el enérgico show de Lali.
¿Cómo se ven cantando?
Exactamente a las 00.08 ya del martes 7 de marzo, ingresaba Lali al escenario con un outfit negro, y su arrolladora y encantadora presencia escénica. Con un guiño sobre que debería redoblar su presentación (memorable) en el Estadio Vélez, pero ahora en el teatro griego mendocino, ella lo hizo nuevamente.
Fue a las 00,35 cuando literalmente el público del Frank Romero Day se volvió una sola voz. La cantante interpretó Ego, ya con un outfit dorado que brillaba tanto como las luces de los celulares encendidos de nuestro escenario vendimial. Lo había anticipado, ¿cómo se ven cantando? Y el público respondió uniéndose a ella en un momento inolvidable.
El recital continuó con gran parte de sus hits, siempre acompañados por precisas, originales e imponentes coreografías, que el público las ovacionó sin parar.
La más grata Disciplina
Uno de los momentos más hipnóticos del show fue sin dudas cuando llegó su enorme Disciplina, luego Motiveshow y, pegado, N5. Entonces todo se volvió una gran fiesta electrónica y el teatro griego literalmente fue una rave, con el sello único de Lali. Para el final, llegó Boomerang, y nuevamente todos los espectadores se unieron a ella en cada estrofa de su popular y pegadiza canción.