Desde la Federación Argentina de Municipios, en ocasión de cumplirse una década del pontificado del Papa Francisco, invitamos a renovar junto al Pueblo, el cariño, admiración y respeto que sentimos por él.
«El Papa Francisco nos enseña el camino»
Ante su aniversario, es imposible no destacar su incansable vocación por enraizar los valores de la paz, la justicia social y la reivindicación de los derechos sociales.
El Papa Francisco nos advierte y enseña que, ante las sombras de un mundo cerrado, que alienta a la pérdida del sentido de la historia como nuevas formas de colonización cultural, es fundamental que los pueblos trabajen para lograr la unidad latinoamericana, sabiendo que nadie se salva solo.
Sería indebido en pocas líneas simplificar todas las virtudes expresadas a lo largo de su extensa trayectoria, pero lo que sí acentuamos desde la FAM, tomando sus palabras, es tener presente y levantar siempre como banderas, la defensa de los pueblos que menos tienen y la urgencia incondicional de modificar las realidades de todas y todos los ciudadanos que viven aún en la pobreza, devolviéndoles su dignidad como cualidad tan simple, pero a la vez tan importante de la vida.
La visión de justicia y unidad comienza con el desarrollo colectivo del concepto de integración de los pueblos, sus municipios y regiones, partiendo desde el sueño latinoamericano de San Martín y Bolívar por lograr la unión e identidad de las naciones, hasta las actuales responsabilidades de los Estados para defender y promover el bien común, garantizando una verdadera posición regional, cuya autoridad política pueda ser escuchada a nivel mundial y donde la política sea el vehículo para garantizar derechos a la ciudadanía; entre los más importantes derechos se encuentra la preservación de nuestros recursos naturales, una herramienta fundamental para que se termine con el hambre en el mundo.
Sus palabras nos marcan el camino a seguir cuando el Papa Francisco nos dice que “el futuro de la humanidad no está únicamente en manos de los grandes dirigentes, las grandes potencias y las elites. Está fundamentalmente en manos de los pueblos, en su capacidad de organizarse y también en sus manos que riegan con humildad y convicción este proceso de cambio. Los acompaños. Y cada uno, repitamos desde el corazón: ninguna familia sin vivienda, ningún campesino sin tierra, ningún trabajador sin derechos, ningún pueblo sin soberanía, ninguna persona sin dignidad, ningún niño sin infancia, ningún joven sin posibilidades, ningún anciano sin una venerable vejez”.
A diez años del pontificado de Francisco, seguimos valorando su ejemplo del que aprendemos constantemente, entendiendo que la política es transformadora cuando rompe sus mezquindades, cuando es una herramienta con la que podemos construir consensos, resolver problemas y pensar una Argentina con más crecimiento e igualdad junto a toda Latinoamérica.
EL FUTURO DE LA HUMANIDAD ESTÁ EN MANOS DE LOS PUEBLOS