En el Barrio 20 de Septiembre, de Resistencia, el gobernador Jorge Capitanich entregó 12 viviendas de un paquete de 45, construidas en el marco del programa nacional “Casa Propia – Construir Futuro” con una inversión de $136.006.452,39. Cada una de ellas fue equipada con una biblioteca familiar compuesta por 14 títulos de distintos géneros, editados e impresos especialmente para el Programa “Libros y Casas” del Ministerio de Cultura de Nación.

“Siento una profunda emoción por poder compartir hoy con ustedes la alegría de estas primeras 12 viviendas que entregamos, pero que, en definitiva, serán 45”, expresó el mandatario, acompañado por el presidente del Instituto Provincial de Desarrollo Urbano y Vivienda, Diego Arévalo y los vocales Mirko Nicolich y Mariano Brahim.

En el marco de la entrega, que incluyó el otorgamiento de 80 actas de propiedad de lotes en la zona, el Gobernador reparó en la calidad de las obras obras, los 64 metros cuadrados de extensión de cada una de las viviendas, considerando que las familias beneficiadas por la entrega “realmente van a poder disfrutar el derecho a la vivienda digna” y remarcando, además, que en el proceso han participado cerca de 18 trabajadores”, destacó.

En ese contexto, Capitanich celebró la evolución del asentamiento 20 de Septiembre hacia un barrio “perfectamente urbanizado”, y consideró que se trata de “una transformación extraordinaria, que, verdaderamente, los debe hacer sentir orgullosos”. Destacó las obras impulsadas por el Gobierno provincial en el marco de un proceso de urbanización de carácter integral con infraestructura social básica, “que implica energía eléctrica urbana, agua potable, además de apertura de calles, veredas, e infraestructura indispensable”, señaló.

El Jefe del Ejecutivo chaqueño, también hizo referencia al “doble impacto en materia de derechos” que significa la entrega de viviendas. En primer lugar, el derecho al trabajo digno de muchos trabajadores de la industria de la construcción, que ascienden a cerca de 15.000 en toda la provincia; y en segundo lugar, lo que significa la vivienda digna, y la llegada, a partir de distintas operatorias, de cerca de 8.000 a 10.000 viviendas con distintos mecanismos en el plan a nivel provincial, y otros mecanismos para soluciones habitacionales con otras fuentes de financiamiento.

“No hay acto de gobierno más emotivo que el de entregar la llave de una vivienda, porque ahí sabemos nosotros que eso es para siempre, es un legado para sus hijos, para sus nietos, muchas veces de otra manera sería absolutamente imposible de acceder a una vivienda digna, así que realmente esto es una reparación histórica”, finalizó.

Un proyecto de desarrollo urbano integral

Por su parte el titular del IPUV, Diego Arévalo, destacó el trabajo de reorganización de la zona “que hemos intervenido íntegramente”, aseguró, recordando que se trataba de un asentamiento. En ese sentido, enfatizó: “Hemos regularizado la cuestión dominial de las familias, y pudimos reorganizar la zona”.

Ratificando el proceso de reorganización de todo el barrio, el funcionario remarcó que “más de 107 familias van a recibir su acta de tenencia”, además de las primeras 12 familias recibirán la llave de sus viviendas”.

Ponderando la calidad de las unidades entregadas, Arévalo aseguró: “Lo que buscamos es que las viviendas sean dignas para nuestros vecinos y vecinas”, apuntando además al “gran trabajo” en materia de diseño de los prototipos y la aceptación por parte de Nación de “tipologías distintas” (más grandes que las tradicionales), y con innovación tecnológica (como termotanques solares y sistemas de aislamiento de frío y calor). “Estamos mejorando la calidad de las viviendas para también mejorar la calidad de vida de la gente”, concluyó..

Cuatro modelos, innovación tecnológica e infraestructura

La obra, consistente en cuatro modelos Digna estándar, cuatro dúplex y cuatro modelos L10 de 64 metros cuadrados y dos dormitorios cada una, demandó una inversión total de $310.050.324,72 ($ 136.488.266,38 en obra y $ 173.562.058,34 en infraestructura y redes).

Construidas con ladrillos, sus muros interiores cuentan con revoque completo y sus techos son de chapa con cielorraso de placas de yeso (interior) y PVC (exterior). Puertas y ventanas (con rejas) son de aluminio, mientras que las de interior son de placa.

Cuentan con instalación sanitaria con sistema estático (cámara de inspección, cámara séptica y perforación); instalación de agua (provisión y distribución de agua fría y agua caliente), con tanque de reserva y tanque de bombeo (con bomba centrífuga) de 500 litros.

Todas las viviendas están equipadas con termotanque solar y su respectiva instalación eléctrica y sanitaria; un artefacto de cocina y mesada de granito en ese mismo sector. La zona cuenta con acceso vehicular, conductos de calle, red peatonal, red de desagües pluviales, red vehicular con apertura de calles, red eléctrica de baja tensión y alumbrado público, y red de agua potable.