El municipio de San Martín de los Andes inició un relevamiento técnico en tres de sus edificios para incorporarlos a una estrategia de optimización en el uso de la energía, que a largo plazo esperan extender a viviendas e inmuebles particulares como aporte a un plan integral frente al cambio climático.

Conscientes de que en las dependencias públicas la regla habitual en materia de energía es el derroche, los funcionarios con injerencia en el tema se propusieron incorporar a San Martín en la red que integran otros 31 municipios de todo el país para fijarse objetivos concretos en materia de eficiencia energética. De Neuquén también se sumó la capital provincial.

El responsable del programa en la localidad andina, Rubén Kalmbach, dijo que buscan asegurarse un ahorro de recursos públicos (está probado que con ciertos cambios de uso y reformas de infraestructura es posible bajar el consumo de gas y electricidad hasta un 70%), pero también “dar ejemplo” a la comunidad para que esa práctica se generalice.

El plan fue presentado este mes y en una primera etapa comprenderá el diagnóstico inicial sobre tres edificios: la secretaría de Turismo municipal, el centro de desarrollo infantil Pichi Rayén y el centro comunitario El Molino, del barrio La Cascada.

Habrá mediciones de consumo y detección de fallas, descuidos y distorsiones en el uso de la energía que impliquen un dispendio. Luego el diagnóstico se concentrará en “la envolvente” de las construcciones seleccionadas, que incluye una descripción de los materiales, las zonas térmicas, los artefactos y luminarias utilizados y toda la infraestructura de aislamiento.

Kalmbach dijo que San Martín de los Andes ya inició por su cuenta un proyecto de eficiencia energética, pero ahora el relevamiento estará encuadrado en un programa que permite acceder a financiamiento de la Unión Europea, y que es gestionado en el país por la Universidad Nacional de la Plata. Incluye la capacitación de un “gestor energético municipal”, para dar continuidad al programa.

Explicó que la Argentina tiene un atraso importante en políticas de eficiencia energética debido a que arrastra “años de subsidios” al gas y a la electricidad, que “retardaron estas soluciones”. Señaló que Europa ejerce un fuerte liderazgo en la materia y Alemania está entre los países que han logrado mejores resultados.

El funcionario indicó que el relevamiento se extenderá hasta el invierno, cuando los consumos varían por razones climáticas. De ese trabajo surgirá una “etiqueta” para cada edificio, similar a las que tienen los artefactos para certificar la eficiencia en el uso de energía. “La idea a futuro es que las viviendas también puedan contar con esas etiquetas”, agregó.

La etapa siguiente serán la elaboración de un informe y las recomendaciones para efectuar cambios en el uso cotidiano de la energía (en primer término) y luego las inversiones que hagan falta, como el cambio de luminarias, de artefactos, mejores aislamientos o incorporación de energías energía solar u otras fuentes renovables.

Kalmbach admitió que en el Estado la eficiencia energética nunca fue una preocupación y en las revisiones ya realizadas han encontrado luces encendidas sin necesidad, calefactores prendidos al lado de una ventana abierta y en pleno verano o computadoras que no se apagan nunca, porque los empleados prefieren no perder tiempo en el encendido y las dejan funcionando de un día para otro, o incluso todo el fin de semana.

Señaló que otra distorsión es que en los municipios muchas veces “no se sabe a ciencia cierta cuánto se gasta en electricidad o gas, porque las facturas son incluidas en alguna compensación con las empresas prestadoras”.