El Gobernador Mariano Saavedra decretó el 1º de febrero de 1864 la fundación del pueblo de General Lavalle.
Ayer se cumplieron 160 años de la fundación del pueblo de General Lavalle
Antecedentes y primeros pobladores
Esta zona estaba poblada por grupos originarios como los pampas y los querandíes.
En el siglo XVI Juan de Garay realizó un recorrido hasta la ensenada de Samborombón describiendo con detalles sus riachos y costas.
Quienes han leído las mayores precisiones sobre las características de esta región fueron los misioneros jesuitas Thomas Falkner y José Cardiel. El primero recorrió la zona probablemente en 1.744 con la misión de levantar una carta topográfica del lugar; los aborígenes que lo acompañaban le dan el nombre de Ajó que en guaraní significa «barro blando», «pisar en fofo» por el componente arcilloso del suelo, abundante en charcos y cangrejales.
Por este motivo la ría que pasa frente al pueblo de General Lavalle y que nace en la Ensenada de Samborombón, recibió el nombre de Ría Ajó y a la zona se la denominó Rincón de Ajó.
Hacia fines del siglo XVIII comienzan a radicarse los primeros pobladores en ambas márgenes de la Ría que comienzan a comercializar con frutos del país a través de esta vía fluvial con su puerto natural y dan origen al primer poblado de Ajó.
Entre los primeros pobladores que se radicaron en esta zona estaba Don Angel Fulco, quien poblaba los campos desde el Rincón de López y el Rincón de Ajó.
Al sur de la ría se encontraba la Estancia “El Carmen”, de Don Esteban José Márquez, quien en 1824 vendió la mayor parte de esos campos a los Sr. Gibson Hnos , quienes fundaron la Estancia “ Los Ingleses “ .
En la costa desde Punta Rasa hacia el sur, estaban los Sáenz Valiente con su establecimiento “El Tuyú”, vendido luego a los Leloir.
Más al sur, continuando por la costa, estaba Don Rafael Cobo con su campo Manantiales y en deslinde con el partido de Gral. Madariaga, estaba radicado Don Joaquín Suárez.
Creación del Partido y fundación del Pueblo
El actual Partido de General Lavalle fue creado con el nombre de “Ajó” mediante Resolución del Gobernador Juan Manuel de Rosas del 20 de diciembre de 1839 ante una propuesta del entonces Comandante en Jefe del 5º Regimiento asentado en Dolores, Coronel Narciso del Valle,de dividir el extenso partido de Monsalvo en cuatro partidos para un mejor control ya que sus pobladores habían participado en el levantamiento de Los Libres del Sur contra el gobierno de Rosas.
Este Partido conserva su denominación original hasta el 19 de octubre de 1891, año en que recibe su actual nombre.
En el año 1863, un grupo de calificados vecinos se reunió con la finalidad de proyectar la fundación de un pueblo que sirviera de cabecera al Partido; elevan la solicitud al gobierno provincial a cargo de Don Mariano Saavedra quien por decreto del 1° de febrero de 1864 dispuso la fundación del pueblo sobre la margen derecha de la ría Ajó denominándose General Lavalle por solicitud de los vecinos en homenaje a quien había sido su jefe militar.
Participaron de las tareas de fundación los señores Juan Rubio, Martín Campos, Victoriano Paso, Isidoro Román Fulco, debiendo presentar planos e informes relativos a las obras públicas necesarias.
El estratégico lugar de su puerto y el funcionamiento de saladeros de carne, dieron un considerable impulso al nuevo pueblo.
Saladeros
Estrechamente vinculadas al puerto, surgieron las primeras actividades saladeros en la región y la zona adquirió un auspicioso desarrollo.
Alrededor de los años 1844, 1850 los señores Gibson Hnos. instalaron las primeras “graserías” en el lugar denominado “Isla del Bonete”, donde faenaban ovejas viejas para industrializar sus grasas y cueros. Posteriormente se fueron instalando otras graserías y se comenzó con el salado de carne vacuna en establecimientos destinados a tal fin como fueron los saladeros San Carlos y San León.
El auge de la industria saladeril se produce con la llegada de Don Pedro Luro, quien compra tierras e instala, en 1872, un saladero de avanzada para esa época al que denominó San Pedro donde se faenaba gran cantidad de animales, se procedía al salado de la carne y el tasajo se exportaba desde el Puerto de Ajó a Brasil y Cuba, exportando también cueros, cerda y la grasa que se envasaba en grandes pipas. Luro Llegó a tener su propia flota de barcos y adquirió los otros saladeros menores logrando así un complejo saladeril de gran importancia Entre 1872 y 1890 la población del pueblo creció notablemente sobre todo por inmigrantes vascos, españoles e italianos al contar con esta fuente de trabajo, ya sea en el saladero propiamente dicho como en las tareas de infraestructura, mantenimiento, construcción y distintos servicios.
El advenimiento de la industria frigorífica, trajo como consecuencia el inevitable cierre de esa fuente de trabajo y se produjo un masivo éxodo de sus pobladores a lugares más propicios. .
El Puerto
El que en la actualidad es un pequeño puerto pesquero, en las quietas aguas de la Ría Ajó, fue en otros tiempos puerto de considerable importancia. Funcionaba como puerto natural desde los tiempos coloniales y servía de refugio a las embarcaciones en días de tormentas. Isidoro Román Fulco menciona el primer barco que entró en el puerto de Ajó, que fue una galera de los señores Lima y Montserrat, comerciantes de Montevideo. El arribo de la misma marcó el camino para el sucesivo atraco de otras embarcaciones.
En 1838 cobró importancia al producirse el bloqueo francés al puerto de Buenos Aires y al año siguiente fue la vía de escape para los derrotados del Levantamiento de los Libres del Sur.
Fue declarado Puerto Nacional en 1859 , por lo cual debió contar con Aduana ya que aquí llegaban o se embarcaban pasajeros a Buenos Aires y hacia otros países , como también se producía la entrada y salida de productos y mercadería. En 1880 fue el tercer puerto de la República, después de Buenos Aires y Rosario. El movimiento de barcos era muy importante sobre todo por las exportaciones, primeramente de lana, grasa y cueros y luego de carne salada (tasajo) proveniente de los Saladeros.
Con el cierre de los Saladeros a principios del siglo XX, los vaivenes de la economía y el progresivo crecimiento de vías terrestres el puerto fue disminuyendo su actividad hasta que cesó su actividad como tal a fines de la tercera década del siglo XX. Sólo mantuvo su actividad como puerto pesquero con la actividad de las fábricas de conserva de pescado que fueron dos :Hardcastle y Atlántida que desarrollaron actividades en las década del 40 y 50 .
Esquinas de Campos
Aventurando su instalación en la desértica llanura del partido, asentaron su plaza las “Esquinas” o “Boliches” de Campo.
Fueron un punto de avanzada para la civilización, posta para las galeras, asiento para el Juez de Paz o Alcalde, fonda y albergue y sobre todo lugar de encuentro y comunicación después de largas jornadas de silenciosa soledad. En el partido de General Lavalle existieron varias esquinas famosas en su época como la de don José Ruiz Alcedo, que en 1864 pasó a ser de don Teodoro Marquez; la de Saverio Rojas, que continuó su yerno José Cornide; la de Henderico y Cía.; la de don Pedro Picardo que tenía billares, frontón para pelota- paleta, cancha para carreras cuadreras y reñideros de gallos; las de Nicolás del Pozo, luego de su hijo Zacarías; la de Domingo Esperón; la esquina del Tuyú y otras como éstas a las que aventó el progreso con el avance de otras modalidades.
Así fue la campaña del partido, jalonada de boliches que cumplieron una función civilizadora en medio de las deshabitadas Pampas.
Una nueva era
El 25 de noviembre de 1932 comenzó una era que abrió un nuevo camino para el progreso del Partido. En esa fecha puede decirse que se sembró la semilla de la Costa Atlántica.
Con la llegada de 300 automóviles del Automóvil Club Argentino fue colocado el primer mojón del Camino a las Playas. Los automovilistas acamparon en dos grupos: uno lo hizo en el predio destinado para el ferrocarril, en el lugar donde se encuentra la ciudad de Las Toninas, y el otro siguió viaje para acampar en La Margarita (hoy Mar de Ajó).
Los contingentes se renovaban cada quince días y el viaje lo hacían por el “Camino de la Costa” inaugurado en el año 1932, desapareciendo desde entonces las tranqueras existentes en su recorrido. Este acontecimiento abrió una nueva fuente para el progreso del partido: el turismo. Se lotearon fracciones de campos que dieron orígenes a las localidades balnearias que hoy forman el Partido de La Costa.
En 1940 el Partido, como gran parte de la provincia, sufrió los efectos de la inundación, cortando los pocos caminos existentes. Para el transporte se utilizaban balsas tiradas por caballos y lanchas, que saliendo por la Ría navegaban por la Bahía Samborombón hasta la boca del canal 9, y por ese medio llegaban a Dolores transportando cargas generales y pasajeros.
Por el camino de Dolores solo transitaba la Galera “La Central” de Roberto y Manolo Dávila, con su cuarteador Pedro Lucero.
En abril de 1978 el gobierno de la Provincia de Buenos Aires cercenó el Partido de General Lavalle destinando la franja costera a la creación de un nuevo distrito: el Municipio Urbano de la Costa.