La actividad se desarrolló en la renovada canchita barrial, donde anteriormente existía un basural. Del encuentro, llevado a cabo en el espacio donde funciona la escuela de futbol “Los Peques”, participaron 500 niños y jóvenes de 14 barrios periféricos y vulnerables de la ciudad.
Passerini estuvo presente en el primer encuentro de escuelitas sociales de futbol en el barrio Barranca Yaco
También estuvo presente el arzobispo Ángel Rossi quien presidió una ceremonia religiosa en el lugar.
En el extremo este de la ciudad, más precisamente en barrio Barranca Yaco, esta mañana se realizó el lanzamiento anual del área de deportes de Cáritas y este lugar fue sede del primer encuentro barrial de escuelitas sociales de fútbol.
En el lugar existía anteriormente un extenso basural que con ayuda del Centro Operativo del CPC Pueyrredón se pudo erradicar, recolectando seis camiones de basura y escombros, además de haber desmalezando el espacio y zonas aledañas.
Hoy funciona allí la escuela de fútbol “Los Peques”, que semanalmente cobija a 75 niños, niñas y jóvenes desde los 3 a los 21 años y donde además de enseñarles estrategias de la disciplina, se tiene como una de las principales premisas el respeto y la importancia del encuentro.
El intendente Daniel Passerini acompañó a los más de 500 chicos y chicas de 14 barrios periféricos de la ciudad que participaron del encuentro.
“Quiero agradecerle a Cintia, encargada del grupo y a «Los Peques»de Barranca Yaco, que hoy nos reciben. Estoy seguro que con muchas Cintias y con muchas mamás y papás, que además de criar a sus hijos, ponen su tiempo al servicio de la comunidad, es la manera en la cual solo se pueden hacer cosas buenas”, resaltó el intendente.
“Aqui vienen chicos de 3 a 21 años, que reciben un montón de amor y un montón de oportunidades y que en conjunto con el gobierno de la provincia, Cáritas y todas las organizaciones del barrio, vamos a tratar de que se multipliquen y ojalá se multipliquen también los chicos que vengan a la escuelita”.
“Creo en el Estado presente y en la comunidad organizada y acá tenemos que demostrar que eso sirve y que en este momento tiene que servir mucho más”, concluyó Passerini.
La actividad forma parte del encuentro de escuelas sociales de futbol que desde hace siete años lleva adelante Cáritas en diferentes barrios de la ciudad.
Al respecto, Germán Lechini, director de Cáritas Córdoba destacó “Lo que buscamos generar en este espacio es el encuentro, que los barrios se conozcan, que aprendan a quererse, a valorarse, que en el encuentro también crezca la vida sana”.
El espíritu de estos encuentros busca salir de la lógica de la competencia, que, en algunas oportunidades, lleva a querer sobrepasar o frustrar a otros.
Muy al contrario de lo conocido, estas escuelas de futbol tienen que ver con lo comunitario, con lo popular, con la apuesta de lo social, del estar junto a otros, encontrarse y fortalecer lazos fraternos.
En ese marco, y a través de Cáritas, Tamse y la Secretaría de Participación Ciudadana y Juventud de la Municipalidad de Córdoba, todos los sábados se facilitan los encuentros de los participantes, niños y jóvenes, trasladando y organizando a los jugadores a algunas de las canchitas donde se encuentran y vinculan los integrantes de las 14 escuelas de futbol social.
De este modo, a fin de año, cada uno de los jugadores reciben un trofeo o medalla, como reconocimiento y forma de demostrar que todos ganan, pues la cultura del encuentro tiene que ver con generar vínculos afectivos, lazos que trascienden lo futbolístico.
Desde Cáritas, se trabaja desde los Hogares de Cristo con la problemática de las adicciones, y es allí donde pueden ver que la droga y el alcohol van ocupando mayores espacios y que los chicos los tienen disponible desde muy temprana edad.
En estos hogares se reciben personas que relatan que sus comienzos en los consumos se dan a los 10 u 11 años, por lo que este tipo de encuentros de escuelas de fútbol social conforman, además, un espacio de prevención, donde niños y niñas se acercan, generan vínculos, comunidad, y donde pueden acudir a sus profesores cuando tienen algún problema al formar con ellos un vínculo y ganar su confianza desde muy temprana edad.
Para coronar el encuentro, el arzobispo Ángel Rossi presidió una misa.