MDZ estuvo en la apertura del festival Música Clásica por los Caminos del Vino 2025, que celebró sus 25 años con un show emocionante en el Teatro Independencia. Mirá las fotos y el vídeo.
Todos los Sociales y detalles de la apertura de Música Clásica por los Caminos del Vino 2025

Si el otoño mendocino ya tiene su encanto, la ciudad tan solo le sumó un plus con el comienzo del festival Música Clásica por los Caminos del Vino 2025. Y ahí estuvimos, como espectadores encantados. Fue una noche de esas en las que lo hay todo, desde buena música, una sala imponente, y ese silencio respetuoso que solo se rompe con un aplauso fuerte y sincero.
Pasadas las 21 horas, el Teatro Independencia (Chile y Espejo, pleno centro de Mendoza) ya estaba repleto. Mucha gente, de distintas edades, se reunió teniendo en común la curiosidad, la emoción o simplemente las ganas de disfrutar de lo mejor de la música. Sobre el escenario, la Orquesta Filarmónica de Mendoza ocupó su lugar con la elegancia de siempre. Pero el foco de la noche estuvo en el pianista Ramiro Visintín, que llegó para hipnotizar a todos con un repertorio poderoso y sensible.
El público entró en una especie de trance colectivo, donde las respiraciones se aquietan y los movimientos se reducen a lo mínimo. Solo quedaban los dedos de Visintín recorriendo el piano y la fuerza de la orquesta construyendo un relato sin palabras. Fue un show que dejó sin aliento incluso a los más analíticos, de esos que se pasan media hora comentando la acústica o el tempo. Acá hubo emoción pura, piel de gallina, y eso no se discute.
Esta apertura fue solo el puntapié de una edición muy especial del festival, que cumple 25 años y lo celebra a lo grande. Del 12 al 20 de abril, la programación incluye 66 conciertos en espacios realmente soñados, repartidos por toda la provincia y más allá, contando con San Luis, San Juan y, por primera vez, Chile que se suma al recorrido.
También se suman locaciones mendocinas con mucho encanto, como el Museo Casa de Fader, la Bodega Chandon, Chateau D’Ancon en Tupungato, y casonas históricas de Lavalle y del Este, entre otros lugares que hacen del festival una experiencia estética completa. No solo se escucha buena música, sino que se la vive con todos los sentidos, en contextos que la potencian.
Otro detalle no menor, y que le da a este evento un sentido todavía más especial, es su carácter solidario. Como en otras ediciones, en varios conciertos se podrá ingresar canjeando dos entradas por una caja de leche en polvo de 800 gramos. Todo lo recolectado irá al Banco de Alimentos de Mendoza, que colabora con comedores y organizaciones sociales de la provincia.
Este tipo de festivales nos recuerda que la música, el vino, el encuentro y la solidaridad son parte esencial de la identidad mendocina. Es por eso que estos caminos del vino siguen tan vigentes como el primer día. Nos queda toda una semana por delante para seguir descubriendo joyitas musicales en lugares únicos. Pero lo del sábado ya quedó grabado en la memoria como un inicio de lujo.