En el acto de hoy, Guillermo Galván fue el único orador, donde analizó no solamente lo que pasaba el 30 de octubre de 1983, sino también la realidad imperante en el país, con un sistema que necesita su fortalecimiento, pero donde la clase dirigente debe estar a la altura de la circunstancia para solucionar los problemas que la sociedad interpela y necesita.

«El triunfo en las elecciones del 30 de octubre de 1983 fue de todos los argentinos. De hecho, Carlos Menem, quien había ganado las elecciones para gobernador habló a todas las fuerzas políticas que nos habíamos convocado para celebrar la conquista de la democracia, por encima de cualquier fuerza o ideología», determinó.

Recordó el último discurso que dio Alfonsín, donde dijo que «los argentinos teníamos que querernos un poquito más».

«A la democracia la tenemos que cuidar en estos momentos de crisis de credibilidad y donde las fuerzas democráticas tengan que estar con quien gane las elecciones y realizar los acuerdos parlamentarios para hacer las reformas que la Argentina necesite», aseveró Galván.

«Les dimos a nuestra fuerza la libertad de acción. Eso no es propiciar el voto en blanco. Somos la fuerza que tiene 12 gobernadores, 25 senadores, más de 500 intendentes. Y vamos a estar al servicio de un gobierno que transforme la Argentina», detalló.

En este sentido se explayó sobre la realidad del país, donde «ningún expendedor va a querer vender el combustible, cuando el gobierno paga a 56 dólares el barril, cuando debería pagarlo a 90. Por eso tenemos todas esas filas interminables de gente queriendo cargar combustible. Es un gobierno, además que no tiene dólares, por eso es que no puede sustentar el dolar libre. Hay que decir las cosas como son», afirmó.

«A ambos candidatos les decimos las cosas que están mal. Por un lado, no queremos venta de órganos, no queremos armas», aclaró.

«Pero tampoco queremos la Argentina de los Baradel, que deja sin clases a nuestros hijos por cuestiones ideológicas o de los Moyanos, que se enriquecieron y ni siquiera defendieron a sus trabajadores. Esa dirigencia también debe irse a la casa», aclaró.

«Nuestra tarea será la de acompañar, pero acompañar los cambios profundos y para siempre. En nombre de todos los que trabajaron para la vuelta de la democracia y de aquellos que seguimos peleando para instituciones independientes, feliz día de la democracia», concluyó.