En su mayoría ya jubilados, trabajadores del volante compartieron un almuerzo de camaradería donde compartieron un exquisito desayuno con chipa almidón y mate cocido y al medio día el almuerzo un asado a la estaca con chorizo ahumado casero, realmente una exquisitez.

El inicio de la jornada estuvo marcado de emotivos momentos en que los trabajadores del volante se reencontraban con viejos compañeros de ruta, momentos en los cuales se fundían en abrazos lágrimas y sonrisas. Fueron muchas las anécdotas y los recuerdos sobre los miles de kilómetros realizados, las horas en la ruta y momentos que quedaron a fuego grabados en la memoria y en la rutina de quienes supieron unir destinos sueños y corazones de quienes alguna vez viajamos a algún punto de la provincia el país y países limítrofes.

Varios momentos emotivos se vivieron sobre todo cuando se le recordaba a algún compañero que ya no está más, quizás por esas cosas que tiene la vida tuvieron que partir, algunos en un viaje eterno surcando las rutas, otros en la tranquilidad de su hogar dejaron este mundo, pero quedó más que evidenciado que aún viven en el corazón de sus compañeros de ruta.

La experiencia de vivir este momento no tiene forma de describirse con simples líneas, aún queda mucho más por contar, pero eso lo haremos en la próxima entrega donde reviviremos parte de los momentos vividos este sábado junto a quienes supieron recibirnos y nos trataron como uno más de la familia colectivera.

El Difusor Digital estuvo presente y reflejó algunas postales de lo vivido.
Gracias a Víctor Hugo Alvarenga quien colaboró con la logística, Eduardo Machado quien fue el nexo y además estuvo como camarógrafo.