Un poco más allá del final del Valle de Punilla, la ciudad de Cruz del Eje ofrece más de 300 días de sol al año y la convierte en la reina de la Cuenca del Sol.

El clima cálido, el dique, la gastronomía regional y su pasado histórico son el mejor entorno para las vacaciones de invierno.

La ciudad tiene un gran protagonista. Es el dique homónimo, uno de los embalses más grandes de América del Sur, donde se pueden practicar deportes náuticos y pesca, tanto de truchas como pejerreyes.

Sobre su margen, hay playas y sectores de asadores, mesas y juegos para niños, proveedurías y otros servicios.

Otras actividades imperdibles son las caminatas entre densos montes y bosques de algarrobo, tala, mistol y chañar, que se complementan con la presencia de sauces criollos a orillas del río, también llamado Cruz del Eje.

VOLAR EN GLOBO SOBRE LOS OLIVARES, ENTRE LAS SALINAS Y LAS SIERRAS GRANDES
En el marco de una gran programación de actividades en julio que incluyen circo, eventos recreativos y música al aire libre en el Parque de la Democracia, la localidad propone una cita imperdible para el primer domingo de vacaciones: pasear en flamantes globos aerostáticos.

El delicado viaje permite sobrevolar la ciudad, apreciar la grandeza de las sierras, la blancura de las salinas a lo lejos y por supuesto toda la zona productiva de olivares, que una vez en tierra se conoce como la “Ruta del Olivo”.

LA RUTA DEL OLIVO
De vuelta en tierra, disponer de tiempo para conocer uno de los territorios menos explorados y conocidos de Córdoba es una gran idea. La región cuenta con bellezas naturales y un desarrollo productivo sostenido.

Cruz del Eje y Villa de Soto son las dos ciudades más importantes de esta región, ubicada en medio de las Sierras Grandes y las Salinas. Y ambos son los principales puntos que dan forma a una de las rutas alimentarias de mayor crecimiento: En la Ruta del Olivo.

Visitar y caminar por los innumerables olivares y conocer a las empresas dedicadas a la elaboración de productos e industrialización del exquisito aceite, permite apreciar la importancia de la producción regional que ya alcanza mercados nacionales e internacionales.

Al final del recorrido, decenas de lugares y puestos venden la producción de manera directa y es posible adquirir aceitunas de muchas variedades, aceites y todos los derivados que surgen tras el proceso de industrialización.

EL NOROESTE RESURGIE DEL OLVIDO CON HISTORIAS Y BELLEZAS INEXPLORADAS
El noroeste de la provincia de Córdoba, es una fuente inagotable de recursos: ríos, arroyos, sierras, flora y fauna autóctona, patrimonio cultural y calidez de los habitantes, son los elementos que definen a esta región.

Aprovechando la buena hotelería de Cruz del Eje y Villa de Soto se pueden recorrer otros poblados del norte cordobés, como Serrezuela y las termas de El Quicho, o los antiguos lugares de El Pantanillo, Barranca de los Loros o el viejo camino a Catamarca.

A la inigualable Estancia Jesuítica La Candelaria, perteneciente al conjunto de estancias declarados Patrimonio Mundial de la Humanidad, también se llega desde aquí y constituye una actividad altamente recomendada.

Aquí se puede apreciar el ritmo de vida tranquilo y las huellas del paso del tiempo. En estos parajes hay vestigios de asentamientos indígenas y leyendas regionales de tesoros escondidos que se remontan hasta el tiempo del Marqués de Sobremonte.