SANTA FE

La crecida del río en Cayastá erosiona las barrancas y «50 casas están en riesgo»

Además de que los productores no encuentran lugar para mover a sus animales, la principal preocupación de Cayastá es la erosión que está provocando la crecida

Además de que los productores no encuentran lugar para mover a sus animales, la principal preocupación de Cayastá es la erosión que está provocando la crecida

La crecida del río Paraná por el fenómeno de El Niño generó un escenario complejo en Cayastá. Su presidente comunal, Edgardo Berli, en diálogo con Ahí Vamos en UNO 106.3 contó que la creciente erosiona las barrancas, por lo que unas 50 viviendas están en riesgo de «irse». Además, los productores que pastorean coparon la Ruta 1 con sus animales, al mismo tiempo que otros buscan un alojamiento para sus vacas.

«La situación en Cayastá es un poco particular, la geografía propia del pueblo hace que no sea la misma realidad que por ejemplo sufre Helvecia, Santa Rosa o Saladero Mariano Cabal por la altura que tenemos. Nuestra preocupación no es que se va a inundar gente, sino que con las lluvias y el río arriba se empezaron a erosionar las barrancas y eso hace que peligren las casas, algunas que se van, se viene erosionando mucho y hay más de 50 casas en riesgo», reveló Berli.

En lo que refiere a la actividad rural, sostuvo que se sufre como en todos lados: «El gran problema que tenemos es por la cantidad de animales que están saliendo de la isla. Los productores se están encontrado que campo afuera no se consigue, el que es propietario lo tiene colapsado. Y toda esta sequía de años produjo que el pasto no esté como corresponde, que no se consiga forraje, maíz y un montón de insumos como para poder mitigar todo este proceso que van a sufrir hasta que puedan volver a la isla la mayoría».

El presidente comunal, anticipó: «El panorama que se verá será a lo largo de toda la Ruta 1, ya se ven un montón de animales en pastoreo en las banquinas, a la vera de la ruta. Es por eso que uno también pide precaución para todo aquel que transite por la ruta, no solo se van a encontrar con productores que están cruzando animales de un lado a otro sino también con productores que están pastoreando a la vera. Es compleja la situación».

«Hay que preocuparse y ocuparse, pero tampoco hay que desesperarse, crear una psicosis porque en estos días la cuenca entró a descender, nos cruzamos con todo el río bajo en las lagunas. No hay que alarmarse tanto», expresó.

Por otra parte, recordó que ante este escenario tuvieron reuniones con la Secretaría de Recursos Hídricos, Protección Civil y otros actores durante julio, donde cada presidente comunal del departamento Garay planteó cuáles eran sus situaciones y qué necesitaban. «Al día de hoy seguimos con lo mismo, no tuvimos respuesta de ningún tipo, por lo menos en nuestra área. El martes nos convocaron a una reunión en la Secretaría de Recursos Hídricos y nos encontramos con la misma conversación de hace cuatro meses. Durante toda la vida, más allá del gobierno que esté, desde el 83 hasta la fecha siempre pasó lo mismo, nos preocupamos y ellos se preocupan cuando tenemos el agua al cuello y cuando tenemos la posibilidad de hacer las cosas para no desesperarnos no hay presupuesto o no nos dan bolilla. No sé qué pasa, pero con los costeros es una deuda pendiente que tienen desde hace muchos años todo el arco político de la provincia», remarcó.

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