El Salón Municipal de Candelaria fue escenario de la presentación oficial del proyecto “Posadas Guaraní Jesuíticas Turísticas”, una propuesta de integración cultural y desarrollo turístico que une a los municipios de Candelaria (Argentina) y San Cosme y Damián (Paraguay), con el respaldo del Ministerio de Turismo de Misiones y la experiencia de la Secretaría Nacional de Turismo del vecino país (Senatur).

La iniciativa, inspirada en modelos exitosos desarrollados en los valles y selvas de Colombia, apunta a transformar viviendas familiares en pequeñas posadas rurales con identidad local, promoviendo un turismo familiar, sustentable y profundamente arraigado en la cultura guaraní-jesuítica. “No se trata de ofrecer un producto turístico enlatado, sino la esencia de lo que somos”, señalaron los organizadores durante la apertura.

La estrategia tiene un enfoque claro: fortalecer a comunidades con atractivos turísticos que hoy carecen de infraestructura de alojamiento. En palabras simples: si un turista pernocta, gasta más de 50 dólares; si está de paso, entre 5 y 10 dólares. Esta diferencia marca una oportunidad real de desarrollo económico para familias de la región.
Turismo con rostro humano

El modelo, probado en Paraguay con más de un 90 % de sus posadas gestionadas por mujeres, se basa en casas de familia administradas directamente por sus dueños, donde la calidad está dada por la calidez, la autenticidad y el cuidado en los detalles: limpieza, seguridad, desayuno con productos y elaboraciones locales, y un trato cercano que hace sentir al visitante parte de la comunidad.

Paisaje, tradición y cooperación

El proyecto también contempla, además del alojamiento, el desarrollo de actividades al aire libre en cada emprendimiento, como senderismo, cabalgatas, avistaje de fauna y experiencias rurales.

La idea sobre la que se concibe estas posadas es reflejar en ellas el entorno con detalles autóctonos: artesanías locales, imágenes de paisajes misioneros. Además, se incentivará la venta de productos hechos a mano —individuales, centros de mesa, tejidos— y la articulación con otros emprendedores y organismos estatales.

“Paciencia y perseverancia son la clave”, se escuchó más de una vez en el salón. El proyecto no solo busca generar ingresos, sino también revalorizar lo propio y construir una red comunitaria sólida.