Di Nápoli ganó por 4 puntos de diferencia, en una elección reñida, y esos números le complicarán el manejo del Concejo Deliberante, donde de acuerdo a los datos que se conocían al cierre de esta edición no tendrá mayoría propia.

El corte de boleta fue «vedette» de la elección, pero no fue tan fuerte como esperaba la oposición: Ziliotto cosechó más votos que el propio intendente, pero no de manera tan marcada ni suficiente para que se modifique un resultado.

La elección polarizada prácticamente sacó del mapa político a Comunidad Organizada, el espacio de Juan Carlos Tierno, que aunque se afirmó como tercera fuerza quedó muy fuera de la pelea de fondo.

«Este triunfo fue de la ciudadanía de Santa Rosa en un contexto complejo desde lo político, lo social, lo económico, donde al peronismo se lo juzga y se lo persigue. Pudimos ratificar un rumbo todos juntos y unidos y eso nos llevó al triunfo, que es de la ciudadanía entera», aseveró di Nápoli.

Se sabía de antemano que el resultado, por las viejas rencillas entre la capital y la segunda ciudad General Pico, implicaría una comparación con lo que cada una de esas ciudades aportó a la pelea provincial. Esa medida es también consecuencia de una disputa política más de fondo, que es la que comienza hoy mismo con miradas de reojo sobre el 2027.

Antes de la elección el propio gobernador Sergio Ziliotto admitió en la previa que «la elección será reñida debido al volumen de los candidatos. Que sean un candidato en funciones y un exintendente marca otro nivel de discusión».

Además, Santa Rosa estaba dada especialmente a la alternancia en las últimas décadas. Tanto que en lo que va del siglo ningún intendente había podido ser reelecto. El último que lo había logrado fue Oscar Mario «Ningo» Jorge, quien gobernó 12 años seguidos entre el ’91 y 2003. Dese ese momento, hubo distintas variables del peronismo y del radicalismo, en general con más cuentas pendientes que logros: gobernaron sucesivamente Néstor Alcala, Juan Carlos Tierno, la intervención de Gustavo Fernández Mendía, Torroba, Luis Larrañaga, Leandro Altolaguirre y di Nápoli.

El actual intendente esta vez llegó como candidato de la unidad de su frente electoral, sin necesidad de una interna como la que tuvo que atravesar en 2019. Fruto de un pacto con Jorge Lezcano, con quien aquella vez confrontó, ubicó como candidata a vice a Romina Montes de Oca, que viene del palo sindical. Además, modificó radicalmente la lista para las concejalías, donde se dejó espacio para el marinismo y otras líneas internas.

La ciudad consiguió en este tiempo que Provincia y Nación pongan recursos para abundante obra pública que está en desarrollo. Eso incluso genera algunas quejas en la comunidad, a partir manifiestan de la cantidad de calles cortadas e interrupciones en el tránsito.

Torroba hizo campaña fustigando el manejo de los recursos y la prioridad de las obras: afirmó que si fuera por él, no hay que encarar la construcción de la nueva terminal de ómnibus. El PRO le aportó poco en la campaña, pero Torroba machacó con su idea de que va a ganar «con votos justicialistas» y agitó el corte de boleta. Lo puso en agenda: Ziliotto tuvo que decir que «en nuestro proyecto de gobierno no propiciamos ningún corte, porque tenemos muy en claro que nuestro modelo cierra con actores peronistas gobernando en todas las localidades».