CIUDAD DE MENDOZA

Mendoza será la primera sede de la provincia en la que operará el programa Aldeas Infantiles

La inauguración oficial será este jueves por la mañana, en el CIC N°2. El objetivo será aportar un espacio para el cuidado diario de niñas y niños y promocionar los derechos de los menores de edad.

Con profundo compromiso, la Ciudad asumirá el rol de primera sede en la que operará el programa Aldeas Infantiles. El punto de funcionamiento será el Centro Integrador Comunitario N°2 (Ascasubi y Posta del Retamo, barrio Soberanía) y se inaugurará este jueves a las 11.

La intención es brindar un espacio de cuidado diario para niñas y niños de 45 días a 5 años de edad y promocionar los derechos de niños, niñas y adolescentes desde un enfoque de crianza positiva.

En el lugar, se brindará atención y protección a los menores de la comunidad con una propuesta de seguridad, protección y afecto para el desarrollo infantil. De esta manera, se buscará garantizar el derecho al desarrollo, tan importante para la máxima realización del potencial de las personas.

Sobre Aldeas Infantiles y sus objetivos
Aldeas Infantiles es una organización que trabaja por el derecho de los niños y niñas a vivir en familia. Desarrolla estrategias de intervención para prevenir la pérdida del cuidado familiar de niños y niñas y, cuando no es posible evitarlo, brinda alternativas de cuidado sin separar a los hermanos, garantizando la presencia de un referente afectivo que los acompañe en sus actividades cotidianas y trabajando para que se reintegren a sus familias y comunidades, o para que tengan otras posibilidades de vivir en familia.

Para lograr que los niños puedan ejercer sus derechos y desarrollarse integralmente en un entorno familiar protector, llevan adelante estos programas: Cuidado alternativo, Fortalecimiento familiar y desarrollo comunitario, Adolescentes y jóvenes, Reintegro familiar y adopción, Desarrollo de capacidades, Centros educativos e Incidencia pública.

Entre los objetivos de Aldeas Infantiles S.O.S. Argentina se destacan:
La identificación de situaciones familiares de vulnerabilidad social hacia niños, niñas y adolescentes.
El acompañamiento en el proceso de resolución de las necesidades de los y las menores, aportando en el desarrollo de capacidades de las familias y comunidades para su protección.
El desarrollo de las capacidades de las familias a un entorno protector, sano y seguro para la niñez, con el mejoramiento de su calidad de vida.

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