El dirigente buscó agitar la identidad barilochense y prometió «volver a las tradiciones». Dijo que recibe muchas deudas y piensa en una emergencia económica. Las claves de su discurso en el acto de jura hoy.
Walter Cortés intendente de Bariloche: «Vamos a arreglarnos con lo nuestro»
El nuevo intendente Walter Cortés asumió hoy su cargo en un festejado acto de jura, que se desarrolló en el Alto de Bariloche, en la puerta de la delegación municipal Sur, donde se comprometió a asentar su despacho. Advirtió que la ciudad no está bien en lo económico, que arrastra deudas millonarias y que la crisis se hará sentir, pero también subrayó que “los tiempos difíciles producen hombres y mujeres fuertes”.
Cortés reivindicó su origen gremial y dijo que “por primera en la historia ha llegado un trabajador a la municipalidad”. Hizo una referencia al contexto nacional, al decir que “vienen tiempos difíciles y un gran ajuste para los argentinos” y llamó a potenciar los recursos propios para sortear la crisis. “Arreglarnos con lo nuestro”, fue una de sus exhortaciones.
Cortés habló casi 20 minutos desde el escenario montado de cara a la montaña, junto a la ruta Juan Herman, luego de prestar juramento ante el presidente del Concejo, Gerardo del Río. “Por Dios, por la patria, por los ciudadanos de Bariloche, mi familia y el partido PUL”, fue su fórmula. También asumieron su jefe de Gabinete, Héctor Leguizamón Pondal, y los ocho funcionarios que ocuparán los principales puestos de gobierno.
Entre el público se sentaron en primera fila el gobernador Alberto Weretilneck, la senadora Silvina García Larraburu y el diputado nacional Agustín Domingo. El intendente que cerró su ciclo de ocho años, Gustavo Gennuso, estuvo ausente, lo mismo que sus principales funcionarios, en una nueva muestra de que la relación entre el gobierno entrante y el saliente fue muy conflictiva.
Saludado luego de cada párrafo con aplausos y bombos, Cortés buscó agitar la identidad barilochense y dio a entender que ese será un lineamiento importante de su gestión. Un par de veces mencionó la importancia de recuperar “el sentido de familia” y también habló de las “tradiciones”, que considera relegadas.
“Tenemos que volver a las fiestas tradicionales de Bariloche. Hagamos bien la Fiesta de la Nieve, elijamos nuestra reina, hagamos las cosas como manda nuestra cultura ancestral. nuestros queridos pioneros. Volvamos al concurso de hacheros, la carrera de mozos, seamos los barilochenses orgullosos de nuestro querido pueblo”, exhortó.
“Tengamos fe, seamos una gran familia -repitió hacia el final- Nos corre por las venas sangre patagónica”.
Cortés también disparó otros mensajes explícitos en varias direcciones. A los empleados y funcionarios les dedicó una advertencia que surfeó entre el estímulo y la desconfianza. “Ningún funcionario tendrá atribuciones para tomar decisiones fuera de mi consentimiento”, señaló Cortés. Y antes también había avisado que en su mandato sólo tolerará “la clase de empleado y de funcionario que trabaja y que da lo mejor”. Prometió ser “inflexible con los que se llevan las cosas que no les corresponden, que no sumen o saquen provecho de lo ilegítimo”.